utopia

miércoles, 11 de agosto de 2010

Once minutos- Paulo Coelho I


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Fragmento del diario de María, escrito aquel mismo día:

Hoy, mientras andábamos alrededor del lago, por este extraño Camino de Santiago, el hombre que estaba conmigo, un pintor, una vida diferente de la mía, tiró una piedrecilla al agua. En el lugar en el que cayó la piedra aparecieron pequeños círculos que se fueron ampliando, ampliando, hasta alcanzar a un pato que pasaba casualmente por allí y que nada tenía que ver con la piedra. Era vez de asustarse con la onda inesperada, decidió jugar con ella.

Algunas horas antes de esta escena, yo entré en un café, oí una voz y fue, como si Dios hubiese tirado una piedrecilla en aquel lugar. Las ondas de energía me tocaron a mí y a un hombre que estaba en una esquina, pintando un cuadro. Él sintió la vibración de la piedra, Yo también. ¿Y ahora?

El pintor sabe cuándo encuentra a una modelo. El músico sabe cuándo su instrumento está afinado. Aquí, en mi diario, soy consciente de que ciertas frases no son escritas por mí, sino por una mujer llena de «luz» que soy y rechazo aceptar.

Puedo seguir así. Pero también puedo, congo el patito del lago, divertirme y alegrarme con la ola que llegó de repente y alteró el agua.

Existe un nombre para esa piedra: pasión. Describe la belleza de un encuentro fulminante entre dos persona, pero no se limita a eso; está en la excitación de lo inesperado, en el deseo de hacer algo con fervor, en la certeza de que se va a conseguir realizar un sueño.

La pasión nos da señales que nos guían la vida, y me toca a mí descifrar esas señales.

Me gustaría creer que estoy enamorada. De alguien a quien hizo conozco y que no entraba en mis planes. Todos estos meses de autocontrol, de rechazar el amor; han dado como resultado exactamente lo opuesto: dejarme llevar por la primera persona que me prestó una atención diferente.

Menos mal que no tengo su teléfono, que no sé dónde vive, que puedo perderlo sin culparme a mí misma de haber perdido una oportunidad.

Y si fuera ése el caso, aunque ya lo haya perdido, yo he obtenido un día feliz en mi vida. Considerando el mundo tal y como es, un día feliz es casi un milagro.

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