• El himno del primer amor, ese que nace del deseo de amar y que tiene la fuerza de los brotes delicados de las plantas de marzo, la misma que mueve el sol y la luna en el cielo, la que hace latir el corazón.
  • No preguntes lo que no quieras saber.
  • - Bruna, Bruna, sabes cuánto te quiero. Eres mi única familia, la rama verde de mi árbol seco. La última de mi estirpe.
  • Decidí luchar por mi amor. Él acostumbraba a darme todo lo que yo quería, ¿por qué me negaba ahora lo más importante?
  • Pasamos dos días descansando en aquel prado, curando nuestras heridas. Las del corazón eran mucho más profundas que las físicas, aunque a veces la tristeza dejaba paso a alguna sonrisa.
  • Es hermoso que el lobo que ha de devorar a la oveja se convierta en cordero para amarla.
  • Sois un ángel de Dios y yo, un loco humano que se atreve a enamorarse de algo divino.
  • La primavera vencía al invierno cuando partió hacia Béziers y, entre las flores que pronto brotarían, una creció en su corazón. El amor por Bruna. No había terminado aún el verano y aquel corazón se había tornado en una piedra negra que albergaba odio. Y sufrimiento. No podía apartar de sus pensamientos la sonrisa de aquella damita ni la mirada dulce de sus ojos verdes. Ya no pensaba en canciones. Lo hacía en hierro y sangre. En venganza.