"Creía que la vida nos concede a cada uno de nosotros unos escasos momentos de pura felicidad. A veces son sólo días o semanas. A veces, años. Todo depende de nuestra fortuna. El recuerdo de esos momentos nos acompaña para siempre y se transforma en un país de la memoria al que tratamos de regresar durante el resto de nuestra vida sin conseguirlo."

"Me habló de sus dudas y de sus miedos, de cómo toda una vida le había enseñado que cuanto tenía por cierto era una simple ilusión y que había demasiadas lecciones que no valía la pena aprender."

"Me bastó con mirarle a los ojos para comprender la verdad. Lo entendí con la brutal claridad con la que se desvanecen los sueños. Como un puñal frío y envenenado que se te clava en el alma sin remedio."

"Esperaba recibir una nota, una señal de que deseaba verme de nuevo. Una simple excusa para correr a su lado y quebrar aquella distancia que nos separaba y que parecía crecer día a día. Nunca llegó."



"Conservo sus consejos y sus palabras guardados bajo llave en el cofre de mi memoria, convencido de que algún día me servirán para responder a mis propios miedos y a mis propias dudas."

"En aquellas semanas aprendí que se puede vivir de esperanza y poco más."

"El tiempo no nos hace más sabios, sólo más cobardes."