utopia

domingo, 26 de septiembre de 2010


"Ella lo dejo para complacer a otros;
fue el resultado de una excesiva persuación,,
el producto de la debilidad & la timidez. [..]"


AUSTIN, Jane; Persuación ::Pag. 133::

"..Habría sido imposible encontrar dos corazones más francos,,
dos gustos más semejantes,,
dos sentimientos más armónicos,,
dos semblantes más amados [..]"

"¿Qué pasa si no hay nadie?..
_____________ ¿Qué pasa si vives toda una vida & nadie te espera? [..]




- No te des por vencida Kate ¿Que pasa en persuación?.. Esperan, se encuentran otra vez, tienen otra oportunidad.

- La vida no es un libro Alex. Puede acabarse en un segundo.
:: El otro día estaba almorzando en la Plaza Daley con mi madre, & un hombre murió en mis brazos, & yo pense "No se puede acabarse nada más así el Día de San Valentín"; & pense en toda la gente que lo amaba, que lo esperaban en casa & que jamás lo volveran a ver.
:: & entonces pense "¿Qué pasa si no hay nadie? ¿Qué pasa si vives toda una vida & nadie te espera? [..]

lunes, 6 de septiembre de 2010


No tengo mucho que ofrecer. Tengo mi sonrisa, mis ganas de hablarlo todo. Tengo hasta mis manos frías, para que alguien quiera entibiarlas un poco y estas ganas incontenibles, que hoy me borbotan de todas partes, estas ganas inconcebibles de ser feliz.

Siento como si debiese estar feliz. Como si algo bueno estuviese ocurriendo o a punto de ocurrir. Me siento como estúpida, pero de la única forma en que estúpido puede estar permitido o puede ser bueno. Me siento esperanzada, aún cuando no quiero estarlo. Aún cuando todo me dice que esta vez debo tener un poco más de cuidado, un poco más de cautela.

Pero qué hacer si jamás he podido ser así? Qué hacer si simplemente me gustas y ya no pienso intentar evitarlo?

Aunque sólo lo notemos al final de ellos, en el cuerpo hay caminos que no conducen a nada.
Estoy cansada porque no me detengo, porque mis expectativas siempre se quedan a medio camino, porque sigo creyendo que las cosas buenas ocurren pero sólo se me queda en una frase hecha y porque el cansancio se acumula.
Y yo llevo ya demasiado tiempo juntándolo bajo la alfombra.

Swallowed in the Sea


Me gustaría que entendieran mi falta de palabras, porqué hay tanto silencio en todo lo que hago. Tengo una dicotomía inmensa en mi lengua y en mi boca, donde acumulo todo lo que no debiese acumularse nunca y esa bifurcación se vuelve tediosa, a veces sólo me gustaría poder gritar. Porque gritar es derecho universal y no sé en qué momento se volvió algo tan mal visto. Igual que llorar.

Que la gente pudiera verme de verdad por una vez, aunque lo que vieran no fuese de su agrado. Hay tanto que editar para poder sobrevivir con noventa personas todos los días y con seis millones más toda la vida.

Habemos de esas personas que de tanto querer se han dado cuenta de que ya no saben como hacerlo o que comienzan a preguntarse si alguna vez de verdad lo hicieron.

Habemos de esas personas que se preguntan todos los días si alguna vez lo irán a lograr y las que solo esperan esa felicidad que presienten que está por llegar.


Por último, están esas personas que son felices de a poco y se ríen mucho para suplir la tristeza que se les incrusta en la ropa. De esas personas que necesitan multitudes y un tiempo a solas para cantar canciones que nadie escucha, sólo para poder soñar un poco despierta y creer que esta vez podemos ser cantantes famosas y no estudiantes de medicina.

Y aunque hay miles de cosas más, hoy día sobre todo, esta soy yo.
No sé si es verdad decir que el cuerpo no miente. Reacciona a la vez que siente, sin poder censurar los sentimientos que produce, pero incluso las reacciones a veces son engañosas. Yo podría pensar que te quiero porque me gustan los abrazos sorpresivos y mis pulmones pareciera que se llenan más de lo normal cuando dices que me has extrañado, aunque sea un poquito. Pero la mente es más prudente y aprende más que el cuerpo. Yo sé que esto es tan inverosímil, tan complicado, tan improbable de ocurrir y con tantas posibilidades de que la más perjudicada sea yo, que se cierra a cualquier aseveración. Yo no sabía que podía ser tan capaz de negar tantas cosas, pero parece que junto a la mentira hacen un dúo increíble en todo lo que digo y actúo a diario.
Pero nadie se fija en los detalles que uno no es capaz de ocultar. Y yo, esta vez, soy capaz de hacer creer a todo el mundo lo que a mi me da la gana. Antes era de esas personas que son como un libro abierto. Pero me he dado cuenta de que, hoy, me he convertido en un montón de secretos.

y los secretos yo ya no se los cuento a nadie.
En algún momento del camino se me olvidó [o desaprendí] como era querer las cosas con todas mis fuerzas. Como era eso de querer tanto algo que hasta mis huesos se rearmaban en función de lograr obtenerlo. No hay nada que extrañe más o que necesite más que esa antigua capacidad que tenía de mirar algo y olvidar todo lo que había al lado y que se me interponía. Todos mis fallos y mis equivocaciones de ahora tienen principio y fin en eso. Pero ahora ya se hace urgente, porque me voy quedando a medio camino. O sin camino más que andar.

Nunca quise ser una persona mediocre y sin darme cuenta ya me convertí en una. Pero basta. No hay ningún fantasma a quien culpar, ni una persona a quien le atribuya un problema que se a convertido en algo sólo mio. Si antes lamentaba en cada palabra la culpa que tenían tantas personas de todos mis problemas insolucionables hoy sólo me quedo yo como única culpable. Y es tiempo de empezar a solucionarlo todo, de solucionarme. Porque la vida se me está viniendo encima y es tiempo de ser aquella que lidera el camino, no la que lo sigue bien atrás, muy cómodamente, sin exponerse a nada para no frustrarse una vez más.

Es tiempo de empezar a sacrificarlo todo, partiendo por mi

Vuelvo


Yo reconozco la necesidad de arrepentirme. Reconozco la necesidad que siento a veces de olvidar muchas de las cosas que ocurrieron en algún momento, sobre todo por estos días. Porque he creado este mecanismo de defensa que me aleja, que me hace retroceder todo el tiempo. No me gusta vivir con miedo y odio que alguien haya tenido la capacidad de esparcirlo por todos estos lugares que guardo hoy con tanto recelo. Hay una estrechez que se ha formado en mi capacidad de sentirlo todo y ahora debo latir mucho más fuerte para compensar.

Y sin embargo este tiempo en este otro mundo, mi mundo, me ha devuelto también un poco de alma que creía haber perdido. Me encuentro descubriéndome en lugares que pensaba ya haber perdido y, aunque regresa la frustración, regresa esa fuerza que sentía antes, esa fuerza que me hacía pelear por cosas que pensaba, por cosas que creía. Hoy creo y pienso y opino y hago. Y vuelvo, vuelvo por fin después de tanto. Vuelvo a mis pies y a mi país personal.

No es nuevo tener miedo. No es nuevo no atreverme a dar siquiera un paso, porque todos mis pasos anteriores han resultado en baches dolorosos. Y si, hay momentos en los que tengo tanto miedo que me desespero, aunque no se note mucho, aunque lo disimule muy bien. Pero entonces vienes y das dos pasos. Uno por ti y uno por mi.

Si te quiero, déjame quererte y si te extraño, déjame extrañarte, que no soy buena reteniendo nada exceptuando líquidos y esta vez la esperanza le gana al miedo. Tengo nudos en el estómago, nudos atando mis ganas crecientes de ti y todos los días se desatan un poco porque lo que siento crece con cada paso que damos juntos, con cada vez que me tiendes la mano para cruzar el río, ese en el que siempre antes me ahogué.